San Juan: 24/04/2025 08:42:16
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Adiós a Francisco: San Juan se unió en oración para despedir al Papa que renovó la Iglesia

La comunidad sanjuanina se unió en la fe para despedir al Papa Francisco con misas, oraciones y homenajes en distintas iglesias de la provincia.

“¿Quién soy yo para juzgarlo?”, “Hagan lío”, “Ser homosexual no es un delito”, “Por favor, nunca más la guerra”. Frases que recorrieron el mundo, que rompieron estructuras, que calaron hondo tanto en creyentes como en no creyentes. Frases que hoy resuenan con un eco distinto: el de la despedida.

La muerte del Papa Francisco conmovió profundamente a la Iglesia Católica y a la sociedad en general, marcando un antes y un después en el corazón de millonesEn San Juan, la fe se volvió oración y homenaje.

Desde el lunes, iglesias de toda la provincia se convirtieron en centros de recogimiento y despedida. Las misas en memoria del Sumo Pontífice se multiplicaron, y cientos de fieles sanjuaninos se acercaron para agradecer por su vida, su servicio y su incansable mensaje de amor, humildad y paz.

La Catedral de San Juan, la Basílica Nuestra Señora de los Desamparados, la Iglesia La Merced, entre otras, abrieron sus puertas para recibir para los fieles. En cada templo, una imagen del Papa Francisco ocupaba un lugar central, cerca del altar. Su sonrisa cálida, su mirada compasiva, su sotana blanca, y en algunas fotos, la bandera argentina flameando a sus espaldas, se convirtieron en símbolos de una despedida cargada de emoción.

Los bancos se llenaron de silencio orante, de lágrimas discretas y manos entrelazadas. Velas encendidas, y el murmullo de rosarios completaron un clima de respeto profundo. Los fieles oraron por su alma, por su legado y por su sucesor, pidiendo al cielo que la Iglesia continúe por el camino que Francisco iluminó con su ejemplo.

Monseñor Jorge Lozano, arzobispo de San Juan, presidió algunas de las celebraciones más emotivas, el lunes. En sus palabras, dejó ver la huella personal que el Papa dejó en él y en toda la comunidad eclesiástica. “Francisco nos enseñó a mirar con ojos de ternura a los pobres, a cuidar la casa común, a levantar la voz por la paz. Me queda su invitación constante a la alegría, incluso en medio de las dificultades”, expresó conmovido. Y agregó: “Vivamos este tiempo con fe y esperanza. Francisco fue, es y será un pilar que nos guiará siempre”.

En San Juan, la despedida del Papa no fue solo un acto religioso. Fue un gesto colectivo de amor. Fue el pueblo rindiendo homenaje al hombre sencillo que llegó desde el “fin del mundo” para cambiar la Iglesia desde adentro. Fue el adiós al pastor que abrazó a todos sin distinciones, que predicó con el ejemplo, que vivió con humildad.

Hoy, sus palabras quedan sembradas en la tierra sanjuanina, como un legado que no se borra. Y mientras las campanas repican en su memoria, en cada rincón de las iglesias de la provincia se escucha aún su voz: “No se dejen robar la esperanza”.